México de luto: muere Francisco Toledo a los 79 años

Francisco Toledo, reconocido artista plástico mexicano murió este jueves 5 de septiembre a los 79 años de edad.

Familiares del gran Francisco Benjamín López Toledo confirman su muerte tras luchar contra el cáncer de pulmón que padeció.

Polifacético artista considerado el más destacado de México, trabajó con extraordinario colorismo el óleo, acuarela, gouache y también el fresco. Realizó obras en litografía, grabado, con cerámica y escultura en piedra, añadiendo madera y cera.

Francisco Toledo buscó siempre renovar formas y técnicas. Comprometido siempre con sus orígenes indígenas, fue uno de los máximos promotores de la defensa del patrimonio artístico de su natal Oaxaca.

Entre 1960 y 1965, vivió becado en París para estudiar y trabajar en el taller de grabado de Stanley Hayter. Tras una mediana estancia, presentó en aquel país su primera muestra en galería.

Fue reconocido como un artista singular, especialmente celebrado, como escribió André Pierre de Mandiargues en 1964, por su desarrollo de lo mítico y sentido sagrado de la vida.

Expuso en Toulouse, la Tate Gallery de Londres, con catálogo escrito por Henry Miller, y también en la ciudad de Nueva York.

Los críticos resaltan su modo obsesivo con el que trabajó las texturas o materiales como arena y papel amate (precolombino, hecho con corteza del árbol amatl).

Su obra parece vibrar como si las criaturas híbridas lucharan por cobrar vida. Existe una sensación inquietante que percibe el observador de la obra de Toledo que termina por participar en la visión del realismo fantástico.

Francisco Toledo promovió la creación del Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO), inaugurado en 1992,  ubicado en la Casa de Cortés.

Además instauró el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo y el Museo de los Pintores. Pugnó por la restauración del monasterio agustino donde funciona el Centro Cultural Santo Domingo.

Cerca de la ciudad de Oaxaca, Toledo creó un taller de papel de materiales orgánicos para dar trabajo a la población y rescató parte de una fábrica de hilados. Por otra parte abrió un cine club gratuito, El Pochote, con muros recubiertos con sus bajorrelieves.

Las obras del artista plástico se encuentran esparcidas alrededor del mundo, como en el Museo de Arte Moderno de México, París, Nueva York y Filadelfia; en la New York Public Library, Tate Gallery de Londres y Kunstnaneshus de Oslo, entre otros.

En 2015 Francisco Toledo vendió su colección del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) al Instituto Nacional de Bellas Artes. La colección de 125 mil obras fueron vendidas por un peso mexicano.

Desde 1974 participó en la Coalición Obrera Campesina Estudiantil del Istmo (COCEI); vivió siempre de pie apoyando  movimientos sociales y políticos de izquierda como la mítica tamaliza en el Centro de Oaxaca, protestando para sacar a McDonald’s de la zona.

Francisco Toledo fue un mexicano admirable, con espíritu contestatario, amante de su país que lucha por renacer apoyando a su cultura indígena.

“Ojalá fuera uno más sabio” decía, pero aquel hombre vestido de blanco y con huarache es ahora una leyenda, un símbolo de la independencia creativa y del talento. A final de cuentas, Francisco Toledo vivió su vida como dio su gana.

 

Foto en portada por Agencia AFP