Adiós al escritor Sergio Pitol

El escritor y traductor veracruzano Sergio Pitol Demeneghi y ganador del Premio Cervantes de Literatura 2005, falleció este jueves 12 de abril, a los 85 años de edad en su casa ubicada en Xalapa, Veracruz.

De acuerdo a los primeros reportes, pereció por complicaciones de una afasia progresiva, la cual es una enfermedad neurodegenerativa, parecido al alzheimer, que en el último año le impidió ser independiente y no podía caminar, moverse y hablar y la cual ya padecía desde hace varios años, pues hacia 2009 se lo diagnosticaron.

Según su familia, el escritor falleció a las 9:30 am. Su muerte fue confirmada por Laura Demeneghi, sobrina del autor.

El primo de Pitol, Luis Demeneghi, dio a conocer que será velado en la funeraria Bosques del Recuerdo y dicho velorio será familiar. Asimismo, los restos del autor serán cremados.

Muchas personas del medio, han expresado sus condolencias públicamente, tales como La Secretaria de Cultura federal, María Cristina García Cepeda, la directora del INBA, Lidia Camacho, el ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo y también el escritor mexicano Jorge Volpi, quien destacó el talento de Pitol para “romper con las fronteras»” de los géneros literarios.

Sobre el autor

Sergio Pitol nació en Puebla, México, el 18 de marzo de 1933. La enfermedad siempre fue parte de su vida, lo que provocó que su infancia fuera difícil, ya que su madre murió cuando el escritor tenía cuatro años y al poco tiempo, Pitol contrajo paludismo, mejor conocido como la malaria, lo que lo obligó a mantenerse encerrado hasta los doce años de edad debido a los largos periodos de reposo que debía guardar, pues las fiebres le impidieron asistir a la escuela. Solo encontró una medicina eficaz en la lectura.

Pitol creció en casa de su abuela y se dejó envolver por las aventuras escritas por Julio Verne y Robert Louis Stevenson. Desde ese entonces comenzó a viajar a través de la palabra.

Cuando se recuperó, con el encierro sólo pensaba en viajar, lo cual se convertiría en el motor de su vida y de su creación literaria. Después de eso, el escritor viajó a muchos lugares para inspirarse a escribir lo que él quisiera marcando gran parte de su producción literaria. Decía que viajar le permitía “no ponerse límites, no cerrarse y crearse formas aldeanas, sino concebir el mundo como amplio y diferente, saber que uno es un granito en ese inmenso mundo y que no hay nada eterno”.

Estudió derecho en la UNAM, en la Universidad Veracruzana y en la Universidad de Bristol.
El escritor mexicano es reconocido por su trayectoria intelectual, tanto en el campo de la creación literaria como en el de la difusión de la cultura, especialmente en la preservación y promoción del patrimonio artístico e histórico mexicano en el exterior.

Miembro del Servicio Exterior desde 1960, ha sido consejero cultural de las embajadas mexicanas en Francia, Hungría, Polonia y la Unión Soviética, director de Asuntos Culturales de la Secretaría de Relaciones Exteriores, director de Asuntos Internacionales del INBA y embajador en Checoslovaquia.

Ha sido condecorado por el gobierno de Polonia e investido doctor honoris causa por la UNAM.
En su bibliografía encontramos:
Tiempo cercado, (1959)
• No hay tal lugar, (1967)
• Infierno de todos, (1971)
• Los climas, (1972)
• El tañido de una flauta, (1973)
• Asimetría, (1980)
• Nocturno de Bujara, (1981)
• Cementerio de tordos, (1982)
• Juegos florales, (1985)
• El desfile del amor, (1985)
• Domar a la divina garza, (1988)
• Vals de Mefisto, (1989)
• La casa de la tribu, (1989)
• La vida conyugal, (1991)
• El arte de la fuga, (1996)
• Pasión por la trama, (1998)
• Todos los cuentos más uno, (1998)
• La trilogía, Tríptico de Carnaval, (1999)
• El viaje, (2000)
• De la realidad a la literatura, (2002)
• Obra reunida, (2004)
• El mago de Viena, (2005)
• Los mejores cuentos, (2005)
• Trilogía de la memoria, (2007)
• Autobiografía soterrada, (2011)
Recibió premios tan prestigiosos, como:
Premio Rodolfo Goes del INBA, (1973)
• Premio La Palabra y el Hombre, (1980)
• Premio Xavier Villaurrutia, (1981)
• Premio Narrativa Comala, (1982)
• Premio Herralde de Novela, (1984)
• Gran Premio de la Asociación de Cultura Europea, (1987)
• Premio Nacional de Literatura de México, (1993)
• Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo, (1999)
• Premio Cervantes, (2005)

El Premio Cervantes es el más importante de las letras hispanas, el cual se le otorgó de manos del Rey Juan Carlos por “sus reflexiones constantes sobre el arte de escribir, su anticipación a la fusión de géneros, y por su dimensión cervantina” y por su contribución con su obra a enriquecer el legado literario hispánico.

El escritor perteneció a la generación literaria de la Casa del Lago, formada por grandes lectores, que lo convierte en un autor de culto.
Mientras la dificultad para hablar comenzó a limitar a Pitol y su salud fue empeorando, creció una disputa entre personas cercanas a él.

Para el 2010, Pitol perdió el habla y en sus últimas presentaciones públicas, ya no hablaba, simplemente sonreía y abría sus brazos para agradecer los aplausos de sus lectores que acudían a verlo.
En el 2013 detectó un fraude que le había hecho su contador, de una cifra de aproximadamente 50 mil pesos. Asimismo, al escritor cubano, Christian Frías, se le habían cedido los derechos de sus novelas. Entonces, su familia comenzó a detectar que la gente decidía por él y lo manipulaban.
A principios de febrero del 2015 el ensayista fue intervenido quirúrgicamente por un sangrado en el intestino delgado, y su familia denunció públicamente que un grupo cercano al escritor integrado por el chofer Perdomo Mendoza, Vincent Ortega, Corral Peña y Rodolfo Mendoza Rosendo, lo tenían secuestrado y estaban manipulándolo y estando enfermo, lo llevaban a homenajes y a firmas de libros para intentar demostrar que Sergio Pitol se encontraba bien.
Perdomo Mendoza, Vincent Ortega, Corral Peña y Rodolfo Mendoza negaron el secuestro y anunciaron que Pitol estaba en buenas condiciones y bien de sus facultades mentales, pero su primo, Luis Demenegui, enfatizó lo contrario y afirmó que el diplomático se encontraba mal, y efectivamente, estos cuatro personajes lo dejaron en su cama con llagas en su cadera y talones y no podía mover los brazos ni las piernas. Todo el tiempo estaba dormido.
Ese grupo de personas, lo integraron, además de los mencionados: Manuel Jiménez Pale, quien era asistente de Pitol, Fátima Volkoviskii, una amiga de él, Alfonso Colorado, un amigo y Roberto Culebro, también asistente.

Es muy triste recibir la noticia de la muerte de Sergio Pitol. Con su desaparición se pierde uno de los grandes escritores que han contribuido a enriquecer el legado literario en español.