Miguel León-Portilla, originario de Ciudad de México, falleció el pasado 1 de Octubre de 2019 a la edad de 93 años. Rinden homenaje en Bellas Artes.
Nacido en 1926, Miguel León-Portilla, originario de Ciudad de México; estudió artes en la Universidad de Loyola y realizó su doctorado en Filosofía en la Universidad Nacional Autónoma de México.
Se desempeñó como sub director y director del Instituto Nacional Indigenista Interamericano(1955-1963). Asimismo, dirigió el Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, donde permaneció por más de 10 años.
Con su tesis titulada La filosofía náhuatl estudiada en sus fuentes, mostró un vasto estudio del pensamiento de los tlamatinime, sabios prehispánicos, en el período inmediatamente anterior a la Conquista. El objetivo fue deducir algunos pensamientos filosóficos de épocas remotas, haciendo uso de más de 90 fuentes primarias como testimonio de la mente antigua.
El ilustre Miguel León-Portilla, incluyó testimonios de informantes de Sahagún, el libro de los coloquios de los doce sabios nahuas (1524) en el que defienden opiniones y creencias ante la impugnación de los frailes españoles. Además de la colección antigua de cantares (filosóficos), los discursos de los Huehuetlatolli, pláticas de los viejos aprendidos de memoria en el Calmécac, y varios códices, obras de arte, entre otros documentos.
Propuso la existencia del pensamiento filosófico entre los antiguos mexicanos. Impulsar amor y valor de la cultura náhuatl, y la idea de nuestro pasado indígena que reclama una mejor posición con reconocimiento en la historia de México.
A lo largo de los años escribió diversos libros, como por ejemplo su destacada La visión de los vencidos publicada en 1959. Considerada la obra con más circulación que se ha publicado por la UNAM, además de haber sido traducida a más de quince idiomas.
Para guiar a los hombres que aquí habrían de vivir era necesario rescatar la raíz de la antigua cultura, el testimonio del recuerdo, la conciencia de la historia.
Algunas de las distinciones que recibió fueron el Premio Elías Sourasky, el Premio Nacional de Ciencias Sociales, Historia y Filosofía, en 1981; el Premio Universidad Nacional, en 1994; la Medalla Belisario Domínguez, en 1995, y el Premio Menéndez Pelayo, en el 2001.
Obtuvo el Premio Chiapas 2005 por su contribución al patrimonio cultural y humanístico chiapaneco a través de su obra. La Universidad de La Habana le otorgó el doctorado Honoris Causa en Ciencias Históricas, y la Academia Cubana de la Lengua le otorgó el grado de Académico de la Lengua en 2006.
El gran Miguel León-Portilla fue galardonado y premiado por una larga lista de universidades, otorgándole de igual forma grado de Doctor Honoris Causa.
Hay que proteger la biodiversidad, pero también la diversidad simbólica de los seres humanos: sus lenguas. No queremos mutilar o empobrecer a la humanidad con la muerte de una lengua o queriendo que sólo se hable una. Porque las lenguas son manantiales de símbolos y los símbolos son manantiales de ideas, y las ideas son manantiales de creatividad, supriman eso y se acaba la creatividad.