Anne Lacaton y Jean-Philippe reciben el Premio Pritzker, por su trabajo en el diseño de espacios económicos a partir de estructuras existentes.
El premio máximo de arquitectura, Pritzker, fue otorgado el pasado 16 de marzo a la pareja de arquitectos franceses Anne Lacaton y Jean-Philippe Vassal cuyo trabajo destaca en el diseño de espacios a partir de estructuras existentes.
El premio es de nivel mundial, considerado el máximo reconocimiento que un arquitecto o arquitecta puede adquirir. Está patrocinado por la fundación Hyatt y es concedido anualmente desde 1979.
Anne y Jean-Philippe piensan que lo interesante y admirable radica en que nunca han demolido un edificio para construir uno nuevo, pues creen que todas las estructuras pueden ser aprovechadas recusándolas y mejorándolas. Readaptan los edificios habitacionales existentes sin comprometer el confort de sus habitantes, trabajando con materiales modestos.
Ambos nacieron en la década de los 50 y se conocieron en 1970 durante su carrera de arquitectura en la École Nacional Supérieure d’ La escuela Nacional superior de arquitectura y paisaje de Burdeos. Posteriormente Vassal emigró a Níger, y Lacaton lo visitaba frecuentemente. Ahí inició el génesis de su trabajo arquitectónico ya que fueron influenciados fuertemente por la belleza y humildad de ahorrar recursos en los paisajes desérticos de dicho país.
Níger es uno de los países más pobres del mundo, y la gente es tan increíble, tan generosa, haciendo casi todo sin nada, encontrando recursos todo el tiempo, pero con optimismo, lleno de poesía e inventiva. Realmente fue una segunda escuela de arquitectura.
Jean-Philippe Vassal
No es causalidad que el jurado del premio haya dicho “…han demostrado que el compromiso para una arquitectura de restauración que sea al mismo tiempo tecnológica, innovativa y responda ecológicamente, puede perseguirse sin caer en nostalgias” ya que lo han demostrado en los proyectos que han realizado como:
Transformación de 530 unidades habitacionales en Burdeos en colaboración con Christophe Hutin architecture. El objetivo de este proyecto era actualizar tres edificios de viviendas sociales en un sector llamado ‘Cité du Grand Parc’ construido a principios de los sesentas.
Además del arduo trabajo de restauración de la estructura existente, se crearon jardines de invierno y balcones junto a las fachadas principales, logrando ampliar el área útil de las unidades y mejorando las vistas e iluminación de los edificios. Teniendo en cuenta esto, la implementación de los balcones no solo amplían el espacio útil de los departamentos, sino que propician un mejor diseño y organización.
Además, las pequeñas ventanas existentes fueron reemplazadas por grandes puertas corredizas de vidrio que integran los espacios interiores y exteriores d los departamentos. Este proyecto es un ejemplo de que es posible transformar estas estructuras con bajo presupuesto.
Por otro lado el Teatro, centro de artes escénicas, Centro cultural del año 2013 es un lugar cultural que opera en escala urbana tanto como local. El proyecto cuenta con solo dos fachadas, de las cuales una se desliza bajo una cubierta accesible que cuenta con un jardín público. Las fachadas están diseñadas cumpliendo la función de invernaderos, dentro de los cuales crecen flores, plantas y arbustos, sin descuidar el fino diseño ya que están dispuestas en filas escalonadas móviles y cuentan con un sistema automático de ventilación natural, riego y sombra.
Perpendicular a esta espacio, la fachada móvil puede abrirse extendiendo la sala hasta el parque, permitiendo usar el interior como un telón de fondo o en su modo cerrada, como un panel acústico.
Este proyecto se solucionó de una forma genial y estéticamente bella, además de que se puede apreciar parte de su cultura adquirida en África que es la consideración de la naturaleza, ya que abre el espacio interior y lo integra al exterior, hacia la atmósfera natural.
Este gran equipo de arquitectos no deja de enseñarnos a desaprender los estigmas que puede presentar la escuela urbana de arquitectura, nos recuerda la importancia de observar los diferentes contextos y absorbedlos para cambiar nuestros conceptos arquitectónicos, que dan como resultado una mejor solución del espacio y necesidades de los habitantes.
Proyectos en México de ganadores del Premio Pritzker
Luis Barragán: el tapatío fue el segundo ganador del Premio Pritzker en 1980. Inspirado por el recuerdo de su tierra natal, deslumbró con su arquitectura modernista hecha a la mexicana, con una mezcla entre color, luces, sombras y formas.
Tadao Ando: nacido en Osaka y autodidacta combinó las formas y materiales contemporáneos con principios estéticos y espaciales tradicionales japoneses. Integró las construcciones a un contexto natural como el Centro Roberto Garza Sada de Arte, Arquitectura y Diseño de la Universidad de Monterrey.
Richard Rogers: ganador del premio en 2007, colaboró con Renzo Piano y Lord Norman Foster (padres del estilo High Tech). En 2016 inauguró la Torre BBVA, una maravilla que reúne el estilo inglés.
Toyo Itō: nacido en Japón, es uno de los mayores representantes del movimiento Metabolismo Japonés. En 2013 ganó el Pritzker y en 2016 inauguró el Museo Internacional del Barroco en Puebla. Su arquitectura busca “disolver el mundo físico con el virtual”.
Alejandro Aravena: el arquitecto chileno ganó en 2016 porque su trabajo cambió la vida de miles de personas. Su desempeño se enfocó en la arquitectura social, para transformar la teoría de la vivienda social en América Latina. En 2010 construyó uno de los conjuntos iconos de casa habitación en Monterrey.
Por: Jennyfer Daian López Castillo.
Con información de: www.archdaily.mx, noticias.arq.com.mx
Foto de portada: Achidaly.