Alcohol

Alcohol, ¿amigo o enemigo?

El alcohol es el resultado de la fermentación de azúcares y almidones. Es una sustancia que se absorbe con rapidez en el cuerpo y provoca alteraciones en la función cerebral y las habilidades motoras (NIH, 2016).
Lo ideal es evitar el consumo de alcohol pero si lo vas a consumir que sea de forma moderada. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, la ingesta recomendada de alcohol para mujeres es de 1 bebida al día y para hombres, 2 bebidas al día. Una bebida estándar se considera como 350 ml de cerveza, 145 ml de vino o 45 ml (un shot) de tequila, ron, vodka o whisky. Aproximadamente, cada bebida aporta 20 g de etanol y 140 kcal.
De acuerdo con el Centro para el control y prevención de Enfermedades (CDC, 2016), la mezcla de alcohol con bebidas energéticas resulta muy peligrosa debido a que sus efectos se contraponen, enmascarando sus efectos en el organismo y provocando que el individuo consuma más alcohol ocasionando pérdida de la consciencia e incluso la muerte.
El uso nocivo de alcohol es un factor causal en más de 200 enfermedades y trastornos debido a sus características depresoras y adictivas. Además de que el consumo de alcohol es la principal causa de accidentes automovilísticos, su consumo crónico puede provocar daños a diversos órganos y sistemas como el hígado, el cerebro, el sistema cardiovascular, el estado mental y el desarrollo de algunos tipos de cáncer.
El consumo de alcohol provoca defunción y discapacidad a una edad relativamente temprana; en el grupo etario de 20 a 39 años, un 25% de las defunciones son atribuibles al consumo de alcohol (OMS,2015).
Referencias:
OMS (2015). Alcohol. Nota descriptiva Nº349. Disponible en http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs349/es/
NIH (2016). The science of drug abuse and adiction: Alcohol. Disponible en https://www.drugabuse.gov/es/informacion-sobre-drogas/el-alcohol
CDC (2016). Alcohol and Public Health. Disponible en http://www.cdc.gov/alcohol/faqs.htm